viernes, 25 de diciembre de 2009

La arañita Ñandutí

Aguapey era un joven bondadoso.
Un día estaba sentado a la orilla de un arroyo.
Vio que una arañita iba a ahogarse en el agua de un remolino. Alargó su mano y salvo al pequeño animalito.
Era una arañita blanca; una ñandutí.
Aguapey amaba a la hija del cacique. Ella también lo quería; pero el viejo jefe de la tribu no quería que se casasen.
Un día el cacique reunió a los jóvenes de la tribu y les dijo:
_ Anahí será esposa de aquel que le ofresca el más precioso regalo.
Aguapey era muy pobre ¿qué podría regalar a su amada?
* * *
Una tarde el joven se alejó de las chozas y se internó en la selva.
llegó a orillas del arroyo y se tiró sobre el pasto. Estaba triste.
Mientras pensaba en su desgracia sintió una cosquillita en su mano derecha. Era la arañita blanca.
_ No te aflijas Aguapey. Yo te labraré un regalo para Anahí.
_ ¿Qué podrás hacer tú tan pequeñita?
_ Ven mañana a esta misma hora y fíjate en la rama baja del lapacho.
_¡Hasta mañana, Ñandutí!
_ ¡Hasta mañana!
* * *
Al día siguiente Aguapey volvió al arroyo. La arañita lo estaba esperando.
_ Aquí tienes el regalo. ¿Que te parece?
Aguapey no podía creerlo que veían sus ojos.
Ñandutí le mostraba un precioso tejido, fino y delicado. Sus hilos parecían de plata.
Loco de contento, el joven se encaminó hacia la choza del cacique.
Cuando los ancianos de la tribu compararon el tejido de Ñandutí con los regalos de los otros jóvenes, dijeron al jefe:
_ Tu hija debe casarse con Aguapey. Su regalo es el más bello.
Aguapey y Anahí se casaron y fueron felices.
La arañita blanca enseñó a la joven a tejer. Y desde entonces aquel tejido tan delicado se conoce con el nombre de la arañita agradecida: Ñandutí.

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